sábado, 22 de marzo de 2014

Delgadas para un bebé


El sobrepeso y más aún la obesidad, además de provocar problemas de fertilidad, pueden originar embarazos y partos de riesgo, por lo que es esencial practicar medidas preventivas.

por CARMEN ISABEL MARACARA
FOTO: WWW.SHUTTERSTOCK.COM
DOMINGO 25 DE AGOSTO DE 2013 REVISTA ESTAMPAS


Aunque no es igual para todas las mujeres, el poseer un índice de masa corporal (IMC) por encima de 25, puede dificultar la posibilidad de concebir, por variadas causas. Si usted tiene planes de tener un bebé y está por encima de un peso adecuado, debe acudir a un nutricionista, practicar más ejercicio y revisar su cuadro de salud general, no solo para mejorar su posibilidad de quedar embarazada, sino también para que su embarazo y parto sean más placenteros y con menos riesgos.

Para calcular su IMC, debe dividir el peso en kilos por la altura en metros al cuadrado. Es decir, alguien que pese 67 kilos y mida 1,65, deberá realizar una operación así: 67 dividido entre 2.72, siendo esta última cifra la que resulta de multiplicar 1.65 X 1.65, que es la altura al cuadrado. Su IMC sería de 24.63, un rango considerado normal. Este índice debe estar entre 18 y 25; entre 25 y 30 existe sobrepeso, entre 30 y 35 es obesidad leve, entre 35 y 40 es moderada, y más de 40 es obesidad mórbida.

Problemas asociados Son variadas las circunstancias que podrán afectar su fertilidad, embarazo y parto:

• Ovulación: Explica la doctora Maryory Gómez, ginecóloga-obstetra venezolana, que "la obesidad, por sí misma, es capaz de explicar alteraciones en el ciclo menstrual hasta cuatro veces más que en pacientes con peso normal. Además, puede estar asociada, por la presencia de signos y síntomas, con el síndrome de ovario poliquístico. En un estudio sobre un total de 2.527 pacientes se valoró la esterilidad de causa ovulatoria en función del índice de masa corporal y se observó que en mujeres con un índice de 24-31 Kg/cm2, la prevalencia de estériles era 1,3 veces superior a la de la población con un índice inferior a 24. Si aumentaba el índice superior a 32 Kg/cm2, la prevalencia de esterilidad era 2,7 veces más elevada".

La obesidad, añade la experta, "puede conducir a una mala utilización de la glucosa, incluso a una alteración de la insulina, que causa, dentro de otras cosas, que la paciente no ovule".

• Más estrógenos: Aunque usualmente se asocia la producción de esta hormona con los ovarios, lo cierto es que el tejido graso también la fabrica, con consecuencias indeseables como el ya nombrado síndrome de ovario poliquístico, fibromas, ciclo menstrual irregular y endometriosis, los que conspiran contra la gestación. A su vez, si quedara embarazada, el exceso de estrógeno podría incrementar sus probabilidades de sufrir un aborto espontáneo.

• Hiperinsulinismo: La principal función de la insulina es controlar los niveles de glucosa en la sangre; si se produce insulinorresistencia, esta condición puede llevar a la anovulación crónica hiperandrogénica, "un trastorno que provoca infertilidad en ocho de cada diez mujeres que lo padecen, afectando la ovulación, la fecundación y la implantación del embrión, por lo que puede ocasionar abortos en el primer trimestre del embarazo", indica en un trabajo el doctor Ricardo Pommer, miembro de la Sociedad Chilena de Obstetricia y Ginecología. A su vez, los niveles elevados de insulina en la sangre se asocian al síndrome de ovarios poliquísticos. Aunque existe el hiperinsulinismo primario, de causa genética, es muy común el producido por la obesidad misma.

• Intersexualidad: En palabras del doctor Abelardo Caballero, del Instituto de la Obesidad de Madrid, España, ya que el tejido graso absorbe muchas hormonas esteroideas, puede provocar un aumento en el crecimiento del vello facial, aumento de peso e infertilidad.

Embarazo y parto 

Un exceso de peso puede también complicar la evolución del embarazo, ya que lo hace más proclive a complicaciones como "hipertensión, diabetes gestacional y, a su vez, afecta al feto", precisa la doctora Maryory Gómez.

También es usual que las mujeres obesas den a luz a bebés más grandes, lo que puede producir desgarros vaginales en las madres y dislocaciones de hombros en los pequeños, si se atascan en el canal del parto.

Según un estudio publicado en el Journal of the American Medical Association, dirigido por Sven Cnattingius, del Instituto Karolinska en Estocolomo, Suecia, el cual realizó un seguimiento de casi 1,6 millones de partos en Suecia entre 1992 y 2010, el exceso de peso o la obesidad de la madre durante el embarazo "aumenta las posibilidades de nacimientos prematuros, y cuanto más peso extra carga la madre, mayores son las posibilidades de un parto extremadamente prematuro".

Un trabajo de parto más largo se podría registrar en esta población, reveló en 2004 un estudio publicado en la revista Obstetrics and Gynecology. Allí se señala que "las mujeres con exceso de peso tienen la fase activa del parto 80 minutos más larga, en promedio, y las mujeres obesas, 105 minutos más larga que las mujeres más delgadas". Sin embargo, estos números representan promedios y si la mujer prepara adecuadamente su trabajo físico de parto, se mantiene activa y vigila su peso, puede tener un desenlace adecuado y feliz.

De hecho, para la doctora Maryory Gómez, aunque la cesárea ha sido planteada por muchos médicos como la alternativa para estas mujeres, "si no hay indicación obstétrica para realizarla y si su estado de salud lo permite, lo más conveniente para una mujer obesa es la resolución del embarazo por vía vaginal, ya que una intervención quirúrgica la somete a mayor riesgo".

Gómez recomienda que estas pacientes tomen medidas dietéticas y de estilo de vida con antelación, para reducir el índice de masa corporal, "y mejorar así, de manera significativa, aspectos metabólicos, endocrinos y de fertilidad".