domingo, 8 de abril de 2012

EL PROLAPSO GENITAL


La patología del suelo pélvico como también es llamado, incluye la incontinencia urinaria, la incontinencia anal y el prolapso genital, afectando a un tercio de nuestras mujeres adultas. Aunque esta patología no supone un riesgo vital para las mujeres, les puede ocasionar consecuencias sociales y económicas pero además puede afectar su vida diaria incluyendo la capacidad del funcionamiento físico y sexual.
Se denomina prolapso genital al descenso de las paredes vaginales que puede venir acompañada a su vez del descenso de varios órganos como uretra, vejiga, útero, recto y en mujeres histerectomizadas la cúpula vaginal. Esto se debe a una debilidad del piso pélvico motivado a múltiples causas.
El prolapso genital se clasifica dependiendo del grado de descenso de las paredes vaginales y también se toma en cuenta si hay descenso de la pared anterior de la vagina, su porción apical o descenso de la pared posterior de la vagina.
Grado I, paredes vaginales que descienden sin llegar al introito vaginal.
Grado II, paredes vaginales que descienden hasta llegar al introito vaginal.
Grado III, paredes vaginales que sobrepasan el introito vaginal (entrada a la vagina).
En cada uno de los grados se presentará sintomatología diferente. Tenemos que para los prolapsos leves o grado I, la mujer puede no referir ningún síntoma, aunque si se le interroga bien puede ser que nos diga que siente su vagina amplia al tener relaciones con su pareja. En el caso de las mujeres que pudiesen presentar descenso de las paredes vaginales grado II, aún a este nivel puede que no manifiesten ninguna molestia, como puede que se presente con sensación de peso en genitales acompañada o no de incontinencia Urinaria de esfuerzo; además va a referir haber disminuido sus relaciones sexuales con la pareja ya que la misma le ocasiona molestia. En el caso del grado III sí la paciente acude por sentir algo fuera de su vagina, o que al ir al baño siente como una pelota en su área genital y ya en éste grado la mujer refiere no tener relaciones con su pareja, además que este grado se puede acompañar o no de incontinencia urinaria de esfuerzo o síntomas a nivel rectal.
Los síntomas que están relacionados con la actividad sexual, como la incontinencia urinaria durante el coito, producen un impacto en la calidad de vida de las mujeres que lo padecen. Por consiguiente al evaluar clínicamente a las mujeres con problemas de suelo pélvico, es importante tener en cuenta si son sexualmente activas, si no lo son hay que investigar si la inactividad sexual puede estar relacionada con su problema de piso pélvico.
Las causas que lo pueden generar son:
- Multiparidad.
- Fetos Voluminosos en los partos.
- Partos instrumentales (Forceps).
- Atrofia genital posmenopáusica.
- Obesidad.
- Alteración del colágeno.
- Cualquier condición que genere aumento de la presión intraabdominal.
- Los hábitos urinarios e intestinales inadecuados como factores predisponentes o agravantes.
Este tipo de enfermedad lo más común es que aparezca después de los 45 años, sin embargo hay mujeres que lo presentan desde los 35 años de edad, pero va a depender de los factores antes mencionados. En las mujeres mayores de 45 años hay un factor predisponente muy importante que es el descenso de los estrógenos que ocasionan debilitamiento y relajación del piso pélvico y de los ligamentos lo que explica la mayor frecuencia de aparición de prolapsos sintomáticos en la posmenopausia
Las alternativas de tratamiento para el prolapso genital pueden ir desde tratamientos médicos, kinesiológicas, hormonales y quirúrgicas dependiendo del grado y sintomatología de la mujer.
En las pacientes con prolapsos leves debe preferirse el tratamiento médico que consiste el primer aspecto de tipo preventivo, en relación con el adecuado manejo obstétrico de la mujer en cada uno de sus partos y en el puerperio, corregir los hábitos urinarios e intestinales, evitar la tos crónica, el esfuerzo físico y promover la reducción de peso en la mujer obesa.
El tratamiento Kinesiológico mediante ejercicios perineales dirigidos por kinesiólogos especializados, se ha demostrado como elemento de gran utilidad en el manejo de prolapsos leves. Entre los ejercicios deben mencionarse que la mujer intente interrumpir el chorro de orina durante la micción. También es de gran utilidad la estimulación eléctrica del periné para ayudar a la paciente a conocer esta musculatura.
La suplementación hormonal en la mujer posmenopáusica es necesaria para lograr dos objetivos: impregnar los tejidos del aparato genital con estrógenos, otorgándoles mejor irrigación y tonicidad, el segundo es la mejoría del trofismo de la mucosa y del piso pélvico ante la posibilidad del tratamiento quirúrgico. Finalmente todo prolapso genital sintomático grado II – III será de tratamiento quirúrgico.
Este tipo de patología si se puede corregir, sin embargo al realizar la corrección es importante eliminar todo factor de riesgo ya que puede volver a presentarse el mismo si no lo realizamos.