sábado, 26 de julio de 2014

La menopausia, ¿el fin de la vida sexual?

Por: Dr. Ezequiel López Peralta
 
La menopausia, entendida como el cese de la capacidad reproductiva femenina, suele traer consigo algunas manifestaciones que no son agradables para las mujeres que las padecen: estado de ánimo depresivo, insomnio, sofocos o “calores”, disminución del deseo sexual, pérdida de la lubricación vaginal, dolor genital, entre otras. Incluso el mismo reconocimiento de que la maternidad ya no es un fenómeno posible biológicamente hablando, puede ser desalentador en las mujeres que quisieran seguir teniendo hijos. Sin embargo, hay otro grupo importante de mujeres que asumen esta etapa muy positivamente: no se preocupan más por los métodos de planificación, organizan mejor sus tiempos para disfrutar de la vida en general y capitalizan los aprendizajes de su historia sexual.
 
En realidad no es la menopausia ni sus síntomas lo verdaderamente problemático, sino que cada mujer vive e interpreta esta etapa de una manera absolutamente particular. Así es como tú puedes sentir que esas señales de tu cuerpo te están anunciando que la sexualidad ha llegado a un punto final en tu vida… o al contrario, quizás deseas aprovechar plenamente este momento, y entonces consultas a tu especialista de confianza para mirar juntos cómo resuelven las cosas.
 
Te cuento que, afortunadamente, la medicina, la psicoterapia y la sexología tienen interesantes herramientas para ayudarte: terapias de reemplazo hormonal, medicaciones para mejorar la respuesta sexual -especialmente en lo referente a la excitación-, lubricantes íntimos, ejercicios para tonificar la musculatura genital, tareas que te permitirán mejorar el estímulo sexual, juguetes o “ayudas” sexuales, y por supuesto una muy buena orientación. Por lo tanto no estás sola, así que no dejes que los cambios normales de la edad te venzan. Además, si estás en pareja es muy importante que ambos se involucren en este proceso, y entiendan que al final del camino encontrarán un crecimiento conjunto y una mayor satisfacción sexual.
 
Moraleja: el desenlace de tu sexualidad no está escrito en tu documento, sino en tus convicciones y tu fuerza de voluntad para transformar la realidad, incluyendo cómo piensas y sientes lo que te está ocurriendo.