El placer femenino ha transcurrido por infinidad de cambios a través del tiempo,
pasó de ser relegado al estatus de “algo prohibido” a un condimento
indispensable para la vida. Afortunadamente en la actualidad la satisfacción
sexual de la mujer se considera como necesaria y se sabe con creces que es
beneficiosa para la salud psicofísica de toda fémina.
A raíz de este cambio cada vez más la medicina se enfoca en
descubrir tratamientos innovadores que mejoren y optimicen el placer sexual. Si
bien existen infinidad de formas de estimular la zona genital femenina, hace
poco tiempo está en boga una nueva técnica de cirugía estética destinada
solamente al punto G.
Concretamente se trata de la infiltración de ácido
hialuronico en este pequeño
botón de placer femenino, pero antes de abocarnos más sobre el asunto es
necesario saber datos claves sobre el punto G.
El punto G
El punto G en la mujer se encuentra entre la parte trasera del
hueso púbico y el clítoris. Si insertas un dedo dentro de tu vagina podrás
sentir una zona rugosa y redondita, este es justamente el botón de placer.
El punto G es una prolongación de la zona bulbosa del clítoris, es
por ello que cuando se tienen orgasmos algunas mujeres expulsan una secreción clara y acuosa que se
conoce como eyaculación femenina.
El ácido Hialurónico inyectado en el punto G
El ácido Hialurónico es una sustancia que se encuentra en forma
natural en el cuerpo y se la usa artificialmente como material de relleno para aumentar
volumen en determinadas
zonas, aplicado en el punto G lo que hace es facilitar el placer sexual.
Este compuesto ha de ser inyectado directamente en la zona a
través de la mucosa, es necesaria la aplicación de anestesia local. La
intervención es muy breve, dura unos 15 minutos y las molestias desaparecen a
las pocas horas, lo que si se recomienda es evitar tener relaciones sexuales
por dos días después de aplicado el producto.
El ácido Hialurónico ayuda a que la mujer tenga mayor
placer durante el coito, al
verse agrandado en volumen es mucho más fácil de estimular y por ende más receptivo
al placer independientemente de la posición sexual que se realice.
Cabe destacar que esta técnica no representa una solución mágica
ni es la cura para la anorgasmia ya que en estos casos influyen los factores psicológicos, el
cuerpo no es el problema.